Se puede estar triste de toda tristeza,
estar solo de toda soledad,
sentir el dolor por el dolor mismo,
saberse horizonte en la inmensidad.
Puede el lamento lamentarse en silencio,
puede el grito gritar hasta no dar más,
puede el ahogo ahogarse en el pecho,
saberse una hoguera y apagarse con sal.
Saber que se puede morir en la muerte,
poderse evadir de toda realidad,
andar en un llanto llorando, y un puente,
puede que sea el abismo hacia la libertad.
Pero no se puede jugar a la vida
si no se olvida lo que hay que olvidar,
no se puede saber si la esperanza
espera sentada en un verde esperar.
Ni se puede, ni se sabe si sabremos
o podremos saber cuál es la verdad.
Sólo nos quedan dos almas de cielo
a merced de esto que llaman amar.
Puedes buscarme buscándome en el alba.
Puedes amarme amándome en tu lágrima,
pero no puedes, pudiendo, pedirme más.
Algo se ha ido, yéndose, como una ola viajera
que llega llegando y vuelve a la mar.
No insistas, que lo que no ha sido...ya no será.
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