Mi perversa Eva que me ofreciste
tu manzana jugosa de la pasión
y me hiciste esclavo por que pusiste
rendido a mis pies tu corazón
ese día hermoso en que me pediste
te amara en la vida con devoción.
Claudique ante ti mi hermosa Eva
y en nuestro lecho rendimos nuestros amores
abrazando y besando nos debatimos
en nuestro mundo bello de mil colores
me comí tu manzana y luego vivimos
en un mundo rosa lleno de flores.
Dichosa esa manzana dulce consuelo
dichosa la perversión que te hizo entregar
ese fruto hermoso de tu ardiente cuerpo
para gozarte en la tierra con libertad
muy lejos de ese antiguo paraíso
y al comerte me das la felicidad.
Ángel Reyes Burgos
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