sin otra condición que el pecho abierto.
Sin nada más que un ave por nacer
en el vientre mismo de todos los vientos.
Con la estampida fatal del saberte
asomado en los atanores de mis venas.
Como un templo sacrílego e impertinente
hincada en las columnas de tus piernas.
Con los soles y las consabidas sombras
con las piedras y las sedas, y todas las cosas
en presente y futuro, aun las pasadas horas
salpicando de versos tu boca y mi boca.
Te quiero al mismo tiempo que la lluvia
es mucho más lluvia y el sol es más entero,
que la noche es mía y mi luna es tuya
aquellas de azúcar, aquellas de furias.
Te quiero, amor, en el segundo previo
de este insólito destino de muerte única
en el naciente alba tallado con las gubias
amanecidas de un despertar postrero.
Ni sé, (¡por todos los Cielos!) porqué te quiero,
De todos y de un único modo...
y que se caiga el firmamento
que no podrá ni la irónica Vida
ir contra este sentimiento...
¿Pero como quieres que te diga...?
se hará trizas el mundo entero,
no lo sé, no me importa,
pero te quiero.
PoemasDeLaSu
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