*Venerable*
Jauría humana que vagas por la Tierra sin rumbo
detén sosegadamente la vorágine de salvajismo,
no trates de confundir al pastor que vela tu vivir
entregando pobreza a toda la mesnada humana.
*Maleable*
Para que el destino del rebaño sea redil del caos
dentro del Infinito colmado de catonismo eterno,
cuando el mandatario que tutela su carnero guía
se encargue de la voluntad soberana del hombre.
*Manejable*
Ese guardián viste la chilaba blanca de inocencia
sin proyectar traicionar al renovador de rebeldes,
para que no aprenda el rebaño los torpes hábitos
por la pérfida putrefacción que irradia el humano.
*Adaptable*
Cuando ese borrego se distancia del rebaño sólo
se pierde en las fauces de los lobos que esperan,
cuando la oveja se torne una desdichada piltrafa
la esperanza de su piara humana llorará de pena.
*Aplicable*
Siempre adaptando la obediencia al que domina
es el catón que ilustras el destino de lo humano,
cuando desvía un tumultuoso clamor del rebaño
soliviantando al pastor que administra el existir.
*Ajustable*
Rozando el canto de la suprema armonía del ser
ese borrego plagia a su vecino sin afanarse más,
por estar reglamentado ser valioso en su mundo
cuando despierte su esencia al saberse inmortal.
*Alterable*
La Santa Madre Iglesia sirve al redil del humano
cuando en el Edén aguaitó Dios su promiscuidad,
vedas el vínculo que tiene el rebaño de hombres
queriendo velar la Creación de esta miseria total.
*Sensible*
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
29 de abril del 2013
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