Para ti hada del mar,
para ti dulce sirena,
para ti hermosa mía,
estos mis besos de perla.
Cazadora de mis bosques,
de las lunas hechiceras,
de las espumas de plata
y de las sombras que vuelan.
Escucha este canto mío
que resbala por mis venas,
y baja por tus pestañas,
y se posa en tu melena,
y brilla bajo tus ojos
y en las dunas de tus cejas.
Escucha este canto mío
desde mis liras de seda,
donde mi alma te evoca,
y mis entrañas te besan;
asómate alondra mía,
dame tus labios de cera,
dame ese boca de nácar,
dame esa boca de estrella.
Escucha este canto mío
desde la pasión más tierna,
para morirme en tus iris
y brillos de tus veredas.
Ven por la sombra del mar
para acostarte en la arena,
en la playa blanca y pura
al lado de matas viejas,
en esos rincones libres
donde se alfombran de hierba,
y se forman paraísos,
entre la playa y la selva.
Escúchame alondra mía
estos preludios de seda,
estos amantes fulgores
que quiero morir de amores,
en las líricas arenas.
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