Si hay alguna persona en este mundo que me haya echo reflexionar y muchas veces cambiar mi actitud ante los problemas de la vida, sin lugar a dudas es este gran hombre, Stephen Hawking.
Hace unos quince años, me lo encontré en la planta primera de El Corte Ingles del centro de Sevilla y lo admiraba tanto, que para mi fue como un encuentro cercano en la tercera fase...me extraño cruzarme con el sin que hubiera nadie cerca, no veía enfermeras o guardaespaldas aunque imagino que por orden suya permanecerían lejos de él, quizás como un signo de humildad...nadie intentó detenerme cuando me paré a su lado para decirle solo un hola que casi no salió de mi garganta y el me correspondiera con una breve sonrisa.
He pasado por muchas vicisitudes en la vida y algunas tan graves en las que he deseado dejar de existir y son esas experiencias las que me hacen admirar a este hombre, el deterioro físico que tiene desde hace muchos años, no han mermado sus ganas de vivir ni su capacidad de trabajo, esa voluntad suya es admirable y es la que nos falta a muchos para superarnos ante los problemas de la vida.
Su estado físico que ha ido empeorando con los años y que lo tienen atado a una silla de ruedas prácticamente inmóvil y necesitando de artilugios para poder comunicarse con los demás, a través de esa central espacial que parece su silla, no han tumbado a esta prodigiosa mente que incluso después de jubilarse, sigue con su ritmo de trabajo de siempre.
He pensado muchas veces en el, cuando las dificultades me han hecho tambalearme y me he puesto físicamente en su lugar para hacerme esta pregunta...si tengo al cien por cien mi capacidad física, tengo muchas más ventajas que este hombre para conseguir lo que quiera, ¿donde está lo que me falta?...
Por supuesto en mi actitud y en mi mente, porque salvando la distancia en cuanto a inteligencia de este señor con la mía, hay algo que a mi y a muchos nos falta, la voluntad de vivir, que es la que hace que cualquier problema por grabe que sea lo podamos sortear para dedicarnos a hacer florecer en nuestras mentes lo mejor de nosotros mismos y de nuestra creatividad...
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