Que puede haber para un padre que llene más de satisfacción que la felicidad de un hijo...y como poder agradecer a esa persona que es el pilar donde se sustenta su felicidad...
Tendemos a pensar en las parejas de ahora como carentes de amor y romanticismo, pero al ver esta foto de mi hijo Miguel Ángel y de su novia Lorena, siento que está ambientada en una película romántica al mas puro estilo cenicienta moderna, donde los decorados forman parte de paraísos tropicales y la sonrisa es un equipaje que los acompañan de forma permanente.
Soy muy observador y me entristece ver por las calles a los matrimonios o novios que llevan reflejado en sus rostros el estigma de la indiferencia y en muchos casos de la agresividad clavada en sus pechos que se reflejan a través de sus profundos ojos consumidos por la falta de amor.
Entonces...como no pararme a mirar esta foto y sentir tantas emociones, como no quedar maravillado de esa sonrisa y como no sentirme afortunado como padre el que sea precisamente mi hijo el que disfrute de esa compañía y también no puedo dejar de lado la suerte que tiene Lorena de tener a un compañero tan especial. Me gustaría poder vivir otros veinte años más y tener la oportunidad de que esta foto se actualice en su madurez con tanto amor y romanticismo...
Y que mis ojos os vean...
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