Vente a mirar a este cielo
donde tu amor me ha plantado
la semilla de los sueños
de tu corazón enamorado.
No necesito morirme
para estar en un cielo hermoso
que aquí en la tierra plantaste
amor y belleza a mis ojos.
Antes de ti no había nada
que aplacara el sufrimiento
y al despertar una mañana
hubo amor y sentimientos.
El cielo se hizo tan lindo
al mirarlo con tu alma
que sentí era mi paraíso
lleno de belleza y calma.
De mi tormentosa vida
arrancaste los aquelarres
que mi piel dejaba herida
de sufrimientos cobardes.
¿Ahora para que morirme?,
con tu paraíso en mi pecho
yo ya no puedo rendirme
con ese cielo por techo...
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