secreto para mí terrible y santo;
ante él me velo con un negro manto
de luto de piedad; no rompo el seto...
Que cierra su recinto, me someto
de mi vida al misterio, el desencanto
huyendo del saber y a Dios levanto
con mis ojos mi pecho siempre inquieto.
Hay del alma en el fondo oscura sima
y en ella hay un fatídico recodo
que es nefando franquear; allá en la cima
Brilla el sol que hace polvo al sucio lodo;
alza los ojos y tu pecho anima;
conócete, mortal, mas no del todo.
Poemas de Miguel de Unamuno
2 comentarios:
Grandioso poema.
Como grandioso era este genial poeta mi amiga, gracias de nuevo
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