La semana santa en Linares
es algo muy diferente
pues en los rostros cofrades
las lágrimas están presentes.
Es una emoción tan patente
cuando el cristo mueve la mano
y su bendición recae
para perdonar pecados.
Hay que contemplar ese silencio
que con tanta devoción
a esos devotos del pueblo
le estremece el corazón.
Y ese cristo del rescate
que a la cárcel va a rezar
para una mano tenderle
y poderlo liberar..
Yo viví en semana santa
esa semana distinta
con un nudo en la garganta
viendo a mi virgen bonita.
Y ese señor del prendimiento
y María santísima del mayor dolor
San Juan Evangelista Nazareno
que llenan el alma de fe y amor.
Cuando llega esta semana
yo me pongo a recordar
esa semana tan hermosa
que viví cuando chaval.
De la parroquia San Francisco
sale ese cristo yacente
en un silencio profundo
el llanto se hace presente.
Yo quiero volver a Linares
que Linares es inmortal
y en el manto de mi virgen
quiero volver a rezar.
Con lágrimas en los ojos
escribo este poema
para desearles a mis primos
que alivien todas sus penas.
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