Cuando te miro siento escalofrío
y mi cuerpo prendido en mil calores
donde me atenazan los mil amores
con toda la fuerza y mi poderío.
Mostrarte quisiera todo, amor mío,
para que contemplases mis ardores.
La seda de mi piel como las flores,
mis brazos y mi lengua con su brío.
Húmedos son mis labios soñadores,
con delirio de besos muy livianos
me hacen presa de tu amor y albedrío.
Más sublimes que noche, son albores
que mi corazón tiende con sus manos
cuando sueño trinar de ruiseñores.
C. Román
(derechos de autor reservados )
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