No huyas, no corras, ni mires atrás
si la sombra de tus miedos te persigue
solo mirando adelante, cuando tu avanzas
tendrás el alma liberada y llena de paz.
Mata a tus miedos, a lanza o espada
plántale cara, mírale a los ojos
a ese cobarde que tu corazón mata
a ese juez y jurado, que te condena furioso.
Tú ya anduviste el camino, lleno de abrojos
y en tu alma se quedaron todas las heridas
esa es tu armadura, no hay ningún enojo
que pueda servirte, para llenar tu vida.
El truco esta, en no hacer trucos
y que los trucos de la vida no te puedan
es tan solo que tengas de esto un poco,
de la fe y la esperanza, por bandera.
Fe, para mirar hacia esa senda y camines
sin desviar tu atención en cosas banas
aunque tropieces, levántate y se firme
y no permitas el rencor dentro del alma.
Ya es hora de superar tus propios miedos
que la sombra de tu cuerpo no te alcanza
aunque pises sobre tu sombra en el suelo
si tienes como estandarte, la confianza.
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