Los que a través de sus lágrimas,
sin esfuerzo ni violencia,
abren paso en el alma afligida
al nuevo placer que llega;
Los que tras de las fatigas
de una existencia azarosa,
al dar término al rudo combate
cogen larga cosecha de gloria;
Y, en fin, todos los dichosos,
cuyo reino es de este mundo,
y dudando o creyendo en el otro
de la tierra se llevan los frutos;
Con qué tedio oyen el grito
del que en vano ha querido y no pudo
arrojar de sus hombros la carga
pesada del infortunio.
Cada cual en silencio devore
sus penas y sus afanes
dicen, que es de animosos y fuertes
el callar, y es la queja cobarde.
No el lúgubre vaticinio
que el espíritu turba y sorprende,
ni el inútil y eterno lamento
importuno en los aires resuene.
Poeta, en fáciles versos,
y con estro que alienta los ánimos,
ven a hablarnos de esperanzas,
pero no de desengaños.
Aunque fue una asidua cultivadora de la prosa, Rosalía de Castro sobresalió tambien en el campo de la poesía...Para saber mas pulse aquí.
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