Se iluminó la estancia de una venusta gracia
cuando acerqué a tu boca la mía temblorosa,
mientras por tierra y cielo relampagueó mi audacia
cortándole a la vida su más intacta rosa.
¿Qué jugo, di, qué jugo el corazón invoca
tiene como tus labios tan íntimos dulzores?
Mujer, dime: ¿Qué abejas buscaron en qué flores
las mieles trasegadas al panal de tu boca?
Oh, beso, con la gloria de tu emoción celeste
comunión de alma y boca, brasa y diafanidad,
abriste en el más puro de los espasmos, Este,
a nuestro barro efímero rutas de eternidad.
Tu labio, jardín donde la fiebre es jardinera,
botón de calentura mi labio nunca ahíto,
fundiéronse en las llagas de la inmortal hoguera
para beberse juntos en un beso el infinito.
Flavio Herrera (18 de febrero de 1895-31 de enero de 1968) fue un poeta, escritor, diplomático y catedrático guatemalteco. Al morir, donó sus propiedades a la Universidad de San Carlos de Guatemala...Para saber más pulse aquí.
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