Te han robado la sonrisa
y hasta el cielo te mandaron
para que sigas la brisa
de pececitos dorados.
Se que los ángeles están
esperando tu llegada
y yo me quedaré en la tierra
entre lagrimas saladas.
Que aunque no te conociera,
a mi me rompía el alma
ese dolor de tu madre
sin que perdiera la calma.
sin que perdiera la calma.
Cuanto dolor pececito
hay en la España sincera,
nos dejaste a pedacito
la vida y el alma entera.
Ahora estarás mejor
fuera de la gente inmunda,
aunque nos queda el dolor
de tu descanso en la tumba.
Maldita esta mala gente
aunque prefiero quedarme
con la sonrisa que tenias
cuando estabas en nuestras calles.
Gabriel, descansa en paz.
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