Te incrustaste como arena
en las cicatrices de mi alma
y soldaste las heridas
con tus lágrimas saladas.
Como dunas en movimiento
modificaste mi paisaje
dejando atrás los lamentos
de mi duro y triste viaje.
En mi desierto nacieron flores
y surgieron manantiales
un cielo con mil ruiseñores
en las dunas y los valles.
Recorrimos de la mano
este bello paraíso
con mi corazón cantando
al ritmo de los narcisos.
Tu cambiaste mi desierto
abonando con tu amor
las arenas seca de mi mundo
que llenaste de color.
Es que no hay nada imposible
si el amor esta presente,
transforma el desierto en nieve
y el llanto en cascabeles.
Feliz día crayolita
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