Mil golpes traigo en la espalda,
mil balas vienen zumbando,
mil soles me arrebataron,
mil primaveras frustraron.
Expulsado por el dio
vengo mi pena arrastrando
por desiertos y montañas
mientras me van flagelando.
Mis heridas no se curan
mis heridas son del alma
y el alma me van matando
con la insidia de los hombres
que me siguen despreciando
por nacer en otro sitio
en una tierra de esclavos
que alimentaron a Europa
en otros siglos pasados,
por tener mi piel de negro
en lugar de un cuerpo blanco
me van cerrando fronteras
y abandonado en un barco
quieren dejarme morir
como si no fuera humano.
Mis manos que son callosas
solo buscan un trabajo
para poder subsistir
con honor y siendo honrado.
Si no empatizan los hombres
sin mostrarse solidarios
este mundo morirá
atrapado en su pecado,
abrasado por el fuego
del ególatra bastardo.
Autor: Antonio Porras Cabrera
2 comentarios:
Gracias por publicarlo aquí. Los poemas, cuando salen del autor, son regalos para todos. Ojalá sirva de algo ese grito que busca la justicia y el humanismo entre los hombres y mujeres de este mundo tan injusto y egoísta.
Muchas gracias Antonio por tu comentario. Ya lo he leído varias veces y me pone los ojos a punto de llanto por la sensibilidad con que lo escribes, no me cabe duda de que tienes que ser un buen hombre lleno de empatía. Un abrazo y muy feliz día.
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