Grises nubes de tormentas
acechan vuestras cabezas
y en el sonar de las trompetas
vuestro Apocalipsis comienza.
Están doblando tu cuerpo
esos hombres poderosos,
a golpe de hambre y difuntos
que van secando tus ojos...
¿Cuanto os tocará sufrir?
Cuantas lágrimas aún os queda?
hasta ese día infeliz
que quiebren vuestra bandera.
Mis ojos están llorando
mis poemas están de luto,
por ver a Venezuela penando
y ver la injusticia en el mundo.
Erais todo alegría y ahora
tus sonrisas se están apagando
pues con el hambre en la aurora
sin fuerza os estáis quedando.
Malditos esos reyezuelos
del narco y la tiranía
mil veces sean malditos
para el resto de sus días.
En los hermanos españoles
lleváis la mezcla de la raza
y en tus pueblos soñadores
arepas de la esperanza...
Venezuela, Venezuela
en este poema yo llevo
en cada verso una espada
para reconquistar tu suelo.
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