que no sean los golpes del traidor,
de tener cerca el dedo acusador,
que se mete en los ojos, de pasada.
Por eso y por lo mucho que me callo
prefiero ser el tonto de la clase,
o el primer Jesucristo que se pase
sin tener que esperar que cante el gallo.
Seguiré siendo el mismo que fui ayer
a pesar de que aticen mi criterio,
solo debo debo vivir , no hay más misterio,
y a los necios dejar de responder.
Que ya soy para juegos algo viejo
no me van a vencer si no les dejo.
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