ocupando las horas de un día de incerteza,
un miedo casi eterno le ronda en la cabeza
haciéndose más dura la espera en el retiro.
Sabe que el corazón podría darle un giro
y sin embargo canta mientras su interior reza,
fuerte, muy fuerte es ella, desde que el día empieza
hasta que el horizonte pierde el color zafiro.
Convive con la brisa de un mar serio y salado,
a riesgo de ver negra la tinta de su velo
y no ver mas la velas de una vida a su lado.
Ella impasible cose, sobre el mojado suelo
de un muelle que perfuma los besos que han llegado;
y a la espera de alzar al viento su pañuelo.
Poema y fotografía :
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