las veces que te he querido.
Las veces que te he llorado,
las veces que te he sufrido.
Llenaría un mar de flores
de lágrimas y suspiros.
Sería más fácil contar
la blanca y menuda arena
que arrebatarle a mi pecho
tus besos y mi condena.
Estoy atada por ti
con invisible cadena
que es más fuerte que el acero
y más dura, que mi pena.
Tus besos me dan la vida
y con tu escape la muerte,
es preferible el penar...
¡Que dejar yo de quererte!
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