La Alhambra, en ti montada la luz sube en la tierra,
con el aire de la nieve y tu serena grandeza;
como en volandas te llevan unos jardines de ensueño,
torreones son de oro, y del viento son espejo;
Ay sierra, sobre Granada, bruñida en cincel de plata,
senos de color de estaño y luna de nácar pintada;
tan altos como las torres los cipreses te vigilan,
el agua se enreda y piensa y los rosales te miran;
Colmena de tu colmenar, los techos de tus enjambres,
dorados como las mieles, tallados en cristal del aire;
como una copla alargada te echas sobre Granada,
ensangrentada de versos, con tus sombras perfumada.
José María Torres Morenilla
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