"Si no renuncian a la
cultura occidental, tenemos que matarlos"
Los insurgentes han capturado
nuevos territorios. Las tropas internacionales se han ido retirando. Y, en el
medio, hay una población aterrorizada.
Decenas de miles de afganos han
tenido que huir de sus hogares, y cientos de ellos han resultado muertos o
heridos en las últimas semanas.
Afganistán "El mundo mira en
silencio esta guerra contra las mujeres": el pánico de los que huyen del
avance de los talibanes...
La vida bajo los talibanes en la
década de 1990 obligó a las mujeres a usar el burka que las cubría por
completo. Los islamistas radicales restringieron la educación para las niñas
mayores de 10 años y se impusieron castigos brutales, incluidas ejecuciones
públicas.
"Estoy en peligro, (pero) ya
no pienso en mí", aseguró Karimi. "Pienso en nuestro país, pienso en
nuestra generación. Hicimos mucho para tener estos cambios".
"Pienso en las niñas... Hay
miles de mujeres hermosas y talentosas en este país", añadió.
Del mismo modo opinó Freshta
Karim, fundadora y directora de la biblioteca móvil Charmaghz en Kabul y
defensora de los derechos de la niñez.
"Los talibanes no cambiaron.
Ellos nos consideran como un botín de guerra. Así que donde van fuerzan a las
mujeres a casarse y creo que esa es la peor venganza que tienen contra
nosotras", aseguró a la BBC.
"Esta es la mayor guerra en
contra de las mujeres en estos tiempos. Y por desgracia el mundo la está
mirando en silencio", lamentó.
Todas me dicen que dieron un paso
hacia delante porque los estadounidenses y sus aliados les animaron a hacerlo.
Durante 20 años Occidente inspiró, financió y cobijó a esta nueva generación de
afganos. Crecieron con libertades y oportunidades que han hecho suyas.
En mi último viaje a Kabul hablé
con comandantes del Talibán. Me dijeron que están determinados a reimponer su
versión de la sharia, que incluye la lapidación por adulterio, la amputación de
miembros por robo e impedir que las niñas mayores de 12 años vayan a la
escuela.
Ese no es el Afganistán y el
Kabul que estas jóvenes mujeres conocen ni quieren.
"Hay rumores de que cuando
recuperen el poder matarán a todos los cercanos al gobierno y a los Estados
Unidos. Tenemos miedo", me dijo una persona.
La única respuesta de Estados
Unidos y de sus aliados occidentales a estos pedido de ayuda por el momento ha
sido el silencio.
Muchos de los que buscan
seguridad en Kabul están durmiendo en las calles.
Hay cerca de 72.000 niños entre
las personas que huyen hacia la capital en los últimos días, según la
organización Save the Children.
"No tenemos dinero para
comprar pan o conseguir alguna medicina para mi hijo", dijo a la BBC
Asadullah, un vendedor ambulante de 35 años que huyó de la provincia norteña de
Kunduz después de que los talibanes prendieran fuego a su casa.
"Toda nuestra casa y
pertenencias se quemaron, así que vinimos a Kabul y oramos a Dios para que nos
ayude", agregó Asadullah.
En las afueras de la capital
afgana hay campamentos improvisados mientras que muchos otros duermen en
almacenes abandonados, según informaron medios locales.
En declaraciones a la BBC poco
antes de la caída de Kandahar, Pashtana Durrani, directora ejecutiva de una ONG
educativa que trabaja con niñas afganas, dijo que temía por su vida debido a su
papel vocal en la defensa de la educación de las mujeres.
"Las niñas con las que
trabajamos huyeron", aseguró. "No sé dónde están las estudiantes y
personalmente estoy asustada por sus vidas. ¿Qué pasa si las obligaron a
casarse con un combatiente talibán? ¿Cómo será su vida?", se preguntó.
Ángel Reyes Burgos,
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