Oh, Lisi, las paredes que hay atrás,
esas que nos separan poco a poco,
las mismas que me ignoran si las toco,
se convierten en muros si te vas.
Duras como la piel de Barrabas,
por mas que las golpee como un loco,
si consigo agrietarlas, desemboco
sobre un montón de intentos, nada mas.
Huir de las paredes que separan
mi amor del tuyo es toda una quimera,
pero quizá consiga tal porfía.
¡Oh, Lisi!, si las fuerzas nos amparan,
quizá yo vuelva a ser la noche entera
y tú vuelvas a ser de nuevo el día.
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