Siempre ese nudo en el cuello y en el alma,
siempre esa soga asfixiando el corazón,
siempre esos miedos, temores y patrañas
con que pretenden nublar nuestra razón,
nos quieren mansos, vencidos y entregados
marcando el paso hacia la ejecución
como borregos en el matadero
peón de negras, carne de cañón
cantando himnos, credos y consignas
como fantasmas en el torreón.
Hay que romper las cadenas que nos atan,
abrir ventanas, salir a navegar
a todo trapo, sin miedo a las galernas,
tomar un rumbo y no desesperar,
Ítaca existe; navega, lucha, rema,
ni el Minotauro te puede derrotar
y no te entregues a Circes ni a sirenas
porque Penélope te espera en el hogar,
empuña el arco y ensarta a esos traidores
que visten Prada y te hablan de igualdad,
de religión, de equidad y de justicia
¡Hay otro mundo donde vivir en paz!
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