Concédeme de pronto la delicia
de entrar en tu mirada fascinante
dejando que mis ojos sean guante
que posen en tu alma su caricia.
Concédele perdón a mi estulticia
si sabes que no vivo ni un instante
tranquilo, con el alma vacilante
que sueña con tu imagen vitalicia.
Concédeme seguir tan solo preso
y fiel a tu recuerdo que ha formado
lo dulce de tus labios cuando beso
y el cielo ya me das predestinado
si logro realizar el gran suceso:
concédeme un minuto... ¡A tu lado!
Ángel Mier Garza
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