cuando en el cuarto de un hotel
me adueñé de ti haciéndote mi esclavo.
iQué tarde! Aquella tarde,
cuando el viento levantó sus alas
arrancando hojas y meciendo ramas.
Te desnudaste, me desnudé
y afuera se dejó venir la lluvia
al mismo tiempo que mis ganas por hacerte mío.
Te dejaste caer sobre la cama
como las hojas en el pasto
y te besé ...te besé el sur de tu cuerpo
hasta llegar al norte de tus cabellos,
mis senos recorrieron el país entero
y mi lengua humedeció cada centímetro
de tu piel árida y desertica.
iOh! Qué tarde, aquella tarde
afuera llovía y el agua nos empapaba
bajo un techo, cuatro paredes
y una puerta cerrada.
Anita Silva
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