Me despierto y tengo hambre
de tu cuerpo tan hermoso
mis labios se apoderan ardientes
de tus labios deliciosos.
Mi lujuria es puro fuego
que en tu fuego ha prendido
cuando con mi boca bajo
por tu cuerpo enardecido.
Tus pechos suben y se agitan
tus coronas laureadas
se yerguen hasta mi boca
que te espera apasionada.
Mis dedos como serpientes
por tu vientre hace sendero
y acaricio dulcemente
tu monte de terciopelo.
Se abren todos los cielos
cuando contigo me fundo
y en una marcha triunfal
en tu corazón me hundo...
Ángel Reyes Burgos
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