David era un niño soñador, le encantaban los aviones y siempre fantaseaba con ser algún día piloto de caza, no se perdía una sola película en la que los aviones fueran el tema central, sobre todo le gustaba ver las confrontaciones de los biplanos de la segunda guerra mundial.
Al cumplir los dieciocho años, se pagó con sus ahorros un curso intensivo de pilotaje de avionetas,
no pudo terminar el curso por asuntos de trabajo, pero sus sueños no lo abandonaron.
Un día se construyó un armazón de aluminio ligero con unas grandes alas para colgársela a la espalda, compró un disfraz de piloto emulando al Barón Rojo y se dispuso a probarlo en lo alto de un rascacielos.
Su sueño se iba a cumplir y subiéndose al muro de la terraza se lanzó al vacío.
Sonriendo comenzó a planear, sus alas aguantaban bien y podía subir y bajar a voluntad,
se sentía como si sus alas y el fueran uno solo convertido en una avioneta y puso rumbo hacia el aeropuerto, quería tomar tierra justo allí, donde los pilotos con éxito terminan su travesía.
Cuando llegó al aeropuerto se sentía como un triunfador, por fin se había echo realidad el sueño de su vida, volar .Ya no iba a utilizar más las alas y la dejó en la pista del aeropuerto, tomó un taxi de regreso a casa,
en el taxi había una señora que parecía ignorarle…
Al pasar por la torre de donde se lanzó, miro hacia arriba comprobando su audacia al ver la altura desde la que había saltado, recorrió con la vista toda la fachada y al llegar al suelo vio a una multitud de curiosos, policías y una ambulancias que le tapaba la vista del acerado.
El trafico estaba parado y se bajó del taxis, se acercó a ver que pasaba y le preguntó a un policía que le ignoró también como si no lo viera o escuchara, se acercó a un hombre que había tendido en la acera en medio de un charco de sangre, lo iban a cubrir con una manta cuando se reconoció así mismo, alzó la vista al cielo y se elevó con las manos sobre el pecho. A través de sus parpados cerrados contempló una luz,
lloró por primera vez, hasta que unas manos lo depositó sobre el cálido pecho de su madre....
Ya tenia una nueva vida para cumplir sus sueños...
Ángel Reyes Burgos
Dedicado a mi hijo David, para que todos sus sueños se cumplan.
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