Que tus ojos me miren un instante
y se congele la visión por todo el tiempo
para llevarlo en mi pecho palpitante
como estrellas iluminando el firmamento.
Y una sonrisa te nazca de los labios
que viaje con pasión hasta los míos
y se convierta en lujuria y tu pecado
que haga embravecer los mansos ríos.
Y que dance tu lengua con la mía
como serpientes enrocadas en madriguera
con sonidos de una hermosa melodía
y mis brazos rodeando tus caderas.
Beberemos de la copa de la vida
desnudos sobre la alfombra del camarote
y desnuda en mi pecho te quedes rendida
y lágrimas de felicidad, de tus ojos broten.
Tu me preguntas, si te extraño amor mío
y no se contestarte de otra manera
que no puedo quitar de mi cuerpo el frío
si no me iluminan tus ojos, estando a mi vera.
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