Por fin se fueron los días
en que alejado y sediento
de tus besos y tu alegría
penaba de sufrimiento.
Acurrucada en mis brazos
de mi pecho surgen flores
y adornan nuestro lecho
bandadas de ruiseñores.
Las flores de un sentimiento
el sentir de mi pasión
mis besos que son el fruto
nacido del corazón.
Y todas las flores corean
el sonido de un te quiero
cuando te miro a la cara
mientras me subes al cielo.
No hay laguna en este abrazo
que con deseos nos damos
hay temblor en nuestros besos
cuando nos acariciamos.
Ya de nuevo en nuestra cama
con tu piel fresca y lozana
voy a tocar tu guitarra
hasta llegar la mañana.
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