Desde el momento en el que te conocí
resumiendo con prisas tiempo de silencio
te juro que a nadie le he vuelto a decir
que tenemos el récord del mundo en querernos.
Por eso esperaba con la carita empapada
a que llegaras con rosas, con mil rosas para mí,
porque ya sabes que me encantan esas cosas
que no importa si es muy tonto, soy así.
Y aún me parece mentira que se escape mi vida
imaginando que vuelves a pasarte por aquí,
donde los viernes cada tarde, como siempre,
la esperanza dice "quieta, hoy quizás sí..."
De la oreja de Vangog
Jocabeth Patlan
No hay comentarios:
Publicar un comentario