Caminando hacia el abismo.-Capítulo 2, pesadillas


Capítulo 2

Pesadillas,-

Me he despertado en plena noche con un nudo en la garganta, estaba soñando con mi querido amigo de la infancia, pero su rostro no lo reconocía, su sonrisa había desaparecido y su bronceado y atlético cuerpo era la encarnación de un cuerpo roto, enjuto y desmadejado, sus piernas no les respondía y con los ojos lleno de lágrimas me pedía que lo ayudara. Me hacía preguntas dentro del propio sueños como...¿no puede ser que un niño de seis años esté en esas condiciones que solo vi en los centros de drogodependencias en los adultos...y como podía ser que en el sueño lo viera como un joven apuesto y fuerte cuando era solo un niño...los sueños se entrecruzaban de una forma absurda que me hizo pasar la noche muy inquieto deseando despertar.

Lo primero que hice por la mañana es tomar la tarjeta que me había dado y llamarlo por teléfono, una voz cansada y apenas audible me contestaba desde el otro lado, tardó en reaccionar cuando le dije quien era y le comente mi sueño, siendo ese el motivo que me sintiera inquieto por él y quería saber como se encontraba, No te preocupes Ángel, solo creo que me pasé anoche con el alcohol y me acosté muy tarde, nada que no pueda solucionar una buena ducha y un café.

Pues me quedo mas tranquilo Pedro, llámame para lo que sea que necesites, quizás quieras explicarme con más calma ese asunto que tienes con la joven, aunque no sea cosa mía, si me preocupa, pero sobre todo quiero hablar contigo de ese tema del consumo de cocaína que puede llevarte a un envejecimiento prematuro y acabar con tu vida y tus finanzas...

No puedes decirme eso, apenas la pruebo salvo en contadas ocasiones y tienes que saber que tengo mi cabeza muy bien amueblada y jamas voy a caer en una dependencia tan destructiva como esa, solo en fiestas ocasionalmente la tomo y esa mierda no va a poder conmigo...

Yo no me tranquilicé con eso, aún me preocupó más, porque había leído mucho sobre las formas en que la gente se engaña así mismo en estos temas autoconvenciéndose de que puede controlarlo y solo la tomará cuando el quiera y no cuando esa droga u otra cualquiera se lo imponga, ¡yo no soy como los demás¡ se decía así mismo...

Quedé en llamarlo otro día para comer, pero después de varias llamadas infructuosas, desistí de hacerlo y terminé por preocuparme definitivamente por la suerte de Pedro.
Un día, vi su ferrari aparcado en la puerta de una cafetería y entré a buscarlo, no lo vi dentro y le pregunté al camarero por el dueño de ese coche, me señaló a un cliente que yo no conocía y me dirigí a el para preguntarle...me contestó que el coche se lo había comprado a un tal Pedro y por cierto muy barato porque tenía urgencia por obtener dinero para un asunto que tenía pendiente, este sujeto me dice que se llama Raúl y continua diciendo,...me he enterado esta mañana que le debía mucho dinero a unos narcotraficantes y ese sería el motivo de que quisiera venderme el coche, me duele ese tema porque yo fui compañero de el en la facultad de ciencias y era un buen chico y muy crítico con el tema de las drogas...me hace sentir mal que haya caído así.

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Ángel Reyes Burgos

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