No puedo saber cuantas personas se enganchan en las drogas desde muy jóvenes, es una edad difícil en que el carácter no esta suficientemente formado y se puede caer muy fácil en la tentación de experimentar nuevas sensaciones. Puede que la primera vez no pase nada, pues el cuerpo necesita de una continuidad para habituarse y que se manifiesten los primeros signos de abstinencia que es cuando realmente el asunto es grave si no se para a tiempo. Pedro jugaba continuamente a la ruleta rusa...Llegó un momento en que no se negaba a participar de cualquier cosa que le ofrecieran.
En una ocasión tomando una copa en mi bar de la calle Betis de Sevilla, cuando ya habíamos cerrado, un americano que estaba dentro, tomó un plato y puso un trozo de pan en el centro, le clavó un palillo de dientes y sobre el dejó pinchado un trozo de hachís...a continuación le prendió fuego y lo apagó tapándolo inmediatamente con una copa. La copa se llenó de humo y le dijo que la cogiera y aspirara el humo de forma rápida, lo vi que empezó a sentirse mal y que no podía respirar bien, decía que necesitaba aire, el sudor lo invadió enseguida diciéndome que era un sudor frío. le abrí la puerta de la calle para que saliera a respirar y no tardó ni cinco minutos en caer redondo al suelo...
Me dio un susto de muerte y lo metimos de nuevo en el bar, en media hora se fue recuperando y creí que ya no volvería a hacer una tontería como esa...pero hizo otras diferentes y a cada cual peores...
Era como un pájaro con la boca siempre abierta para aceptar cualquier pastilla o ácido que le dieran.
Estaba sentado jugando al ajedrez con un cliente y desde la barra observe que abría la boca y le metían algo, a los veinte minutos aproximadamente estaba sin conocimiento tumbado en el suelo, nunca me enteré de lo que le habían dado, pero como tomaba mucho alcohol, todo le hacia daño. Solo estuvo en esa ocasión siete días en Sevilla, pero le rogué que no volviera por el bar...
Quien me iba a decir que ese niño con cara de bueno, lo podría ver en situaciones semejantes. Por que unas personas que prueban la droga nunca vuelven a consumirlas y otras sin embargo desde la primera vez se quedan enganchados, sin que haya aparecido el síndrome de abstinencia. Creo tener una teoría al respecto. Hay personas que el día que la prueban solo es por experimentar, si en ese momento está pasando por una situación personal difícil y la droga lo evade haciéndose sentir mejor, cuando vuelva a sentirse mal o triste, se acordará de eso que sintió y querrá de nuevo tomarla para sentirse bien, sin percatarse que cada disparo, lo esta acercando cada vez más a esa bala irremediable que surgirá de pronto para llevarlo al abismo sin remedio. Es un juego muy peligroso al que no hay que jugar, pues tarde o temprano el síndrome de abstinencia va a llegar haciéndote un esclavo.
Prefiero recordar a Pedro en muestras andaduras juveniles del internado. Le gustaba mucho el deporte como a mi y cada tiempo libre jugábamos a voleibol, balón cesto o a tenis de mesa que nos encantaba, los fines de semana estábamos continuamente pidiendo turnos en la mesa...
En una ocasión tomando una copa en mi bar de la calle Betis de Sevilla, cuando ya habíamos cerrado, un americano que estaba dentro, tomó un plato y puso un trozo de pan en el centro, le clavó un palillo de dientes y sobre el dejó pinchado un trozo de hachís...a continuación le prendió fuego y lo apagó tapándolo inmediatamente con una copa. La copa se llenó de humo y le dijo que la cogiera y aspirara el humo de forma rápida, lo vi que empezó a sentirse mal y que no podía respirar bien, decía que necesitaba aire, el sudor lo invadió enseguida diciéndome que era un sudor frío. le abrí la puerta de la calle para que saliera a respirar y no tardó ni cinco minutos en caer redondo al suelo...
Era como un pájaro con la boca siempre abierta para aceptar cualquier pastilla o ácido que le dieran.
Estaba sentado jugando al ajedrez con un cliente y desde la barra observe que abría la boca y le metían algo, a los veinte minutos aproximadamente estaba sin conocimiento tumbado en el suelo, nunca me enteré de lo que le habían dado, pero como tomaba mucho alcohol, todo le hacia daño. Solo estuvo en esa ocasión siete días en Sevilla, pero le rogué que no volviera por el bar...
Quien me iba a decir que ese niño con cara de bueno, lo podría ver en situaciones semejantes. Por que unas personas que prueban la droga nunca vuelven a consumirlas y otras sin embargo desde la primera vez se quedan enganchados, sin que haya aparecido el síndrome de abstinencia. Creo tener una teoría al respecto. Hay personas que el día que la prueban solo es por experimentar, si en ese momento está pasando por una situación personal difícil y la droga lo evade haciéndose sentir mejor, cuando vuelva a sentirse mal o triste, se acordará de eso que sintió y querrá de nuevo tomarla para sentirse bien, sin percatarse que cada disparo, lo esta acercando cada vez más a esa bala irremediable que surgirá de pronto para llevarlo al abismo sin remedio. Es un juego muy peligroso al que no hay que jugar, pues tarde o temprano el síndrome de abstinencia va a llegar haciéndote un esclavo.
Prefiero recordar a Pedro en muestras andaduras juveniles del internado. Le gustaba mucho el deporte como a mi y cada tiempo libre jugábamos a voleibol, balón cesto o a tenis de mesa que nos encantaba, los fines de semana estábamos continuamente pidiendo turnos en la mesa...
Pero sobre todo pasábamos temporadas fabulosas en el campamento de verano, aunque se trabajaba mucho en acondicionar los alrededores para señalizar calles con piedras pintada de cal, recoger las piñas secas caída de los pinares y estudiar las batallitas y estrategias de los conquistadores españoles..Me hubiese gustado quedarme en la inocencia de esos años donde se podía ser feliz solo con desearlo, tener la capacidad de vivir mi propio mundo sin dejar el mundo que me rodeaba con los amigos y los sueños de héroes de la conquista sin conquistar nada sin tener esta pesadilla que aunque sin buscártela, te haga sentir que la vida juega contigo a la ruleta rusa. Pero no me engaño, no es la vida quien juega, somos nosotros cuando cambiamos las balas de fogueo, por esas otras de plomo macizo que son las drogas y otras sustancias que algunos desaprensivo ponen en el mercado para nutrirse de tus despojos llevándote a una muerte lenta...
Ya solo queda un mes para que Pedro termine su tratamiento, me siento bien y como decían los versos de Góngora,...
Ándeme yo caliente y ríase la gente...
Traten otros del gobierno del mundo y sus monarquías,
mientras gobiernan mis días mantequillas y pan tierno,
y las mañanas de invierno naranjada y aguardiente, y ríase la gente.
Parece que siempre que me relajo en un capitulo sin muchas alteraciones, es por que la tragedia de nuevo esta a la vuelta de la esquina, como en este próximo capitulo llamado despropósitos...
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