Me miento y no hago caso del secreto.
Acude a mí en medio de los sueños.
Me dice que no ponga tanto empeño,
que oculto aguarda en versos de soneto.
Así escribo ajeno lo que callo.
Qué nadie ha de saber si, loco o cuerdo,
me encuentro dando vueltas al recuerdo,
que anclado está, y soy de el vasallo.
La noche espanta rauda a la razón,
arranca cada cuerda atada al mundo
regido en la mente, y no el corazón.
¡Qué sea el paso oscuro tan profundo,
que olvide pronto tanta desazón!
La vida es cierta y el sueño, vagabundo.
Salvador Gregorio
2 comentarios:
Gracias por publicar uno de mis poemas. Encantado.
Gracias a ti por tu arte y tu comentario
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