Es, en el fulgor de tus ojos
donde los míos se miran.
Es del manantial de tu vida
de donde se nutre la mía.
Son tus manos de caricias
las que rebosan alegría,
tu cuerpo, tu risa,
tu voz y tu aliento,
todo tu pensamiento
lo que llena el alma mía.
Estoy contagiada de ti,
es un contagio de amor
donde el veneno es vivir
sobre pétalos de flor.
Si el amor que yo te tengo
es contagio de tu vida
¡me doy del todo vencida,
no quiero buscar antídoto
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