Duélete de esa puente y El Escorial, sonetos de Góngora

Duélete de esa puente

Duélete de esa puente, Manzanares; 
Mira que dice por ahí la gente 
Que no eres río para media puente, 
Y que ella es puente para muchos mares.

Hoy, arrogante, te ha brotado a pares 
Húmedas crestas tu soberbia frente, 
Y ayer me dijo humilde tu corriente 
Que eran en marzo los caniculares.

Por el alma de aquel que ha pretendido 
Con cuatro onzas de agua de chicoria 
Purgar la villa y darte lo purgado,

Me dí ¿cómo has menguado y has crecido? 
¿Cómo ayer te vi en pena, y hoy en gloria? 
Bebióme un asno ayer, y hoy me ha meado.
El Escorial

Sacros, altos, dorados capiteles, 
Que a las nubes borráis sus arreboles, 
Febo os teme por más lucientes soles 
Y el cielo por gigantes más crueles.

Depón tus rayos, Júpiter; no celes 
Los tuyos, Sol; de un templo son faroles 
Que al mayor mártir de los españoles 
Erigió el mayor rey de los fieles.

Religiosa grandeza del Monarca 
Cuya diestra real al Nuevo Mundo 
Abrevia, y el Oriente se le humilla.

Perdone el tiempo, lisonjee la Parca 
La beldad desta Octava Maravilla, 
Los años deste Salomón Segundo.

























La crítica desde Marcelino Menéndez Pelayo ha distinguido tradicionalmente dos épocas o dos maneras en la obra de Góngora: el «Príncipe de la Luz», que correspondería a su primera etapa como poeta, donde compone sencillos romances y letrillas alabados unánimemente hasta época Neoclásica, y el «Príncipe de las Tinieblas», Para saber mas pulse aquí

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