Esta imagen es una de las que más emociones me produce de las miles que tengo en este blog, la razón es que después de tantos poemas y reflexiones donde se me parte el alma y me hace llorar con frecuencia por tanta desgracia en la que esta sumida la humanidad, me hace pensar que aún hay esperanza...
La imagen de la izquierda es de la primera vez que se ayudó a este niño que estaba a punto de morir desnutrido y deshidratado en África, la de la derecha a mi me parece un montaje echo después de la recuperación de este niño y me parece muy acertada porque muestra la diferencia entre ambos momentos, la mujer también es la misma aunque con diferencias en el color de su pelo...
Para mi significa la diferencia que hay entre cerrar los ojos al sufrimiento ajeno o comprometerse con ese sufrimiento para cambiar la vida de personas que están en un estado de abandono permanente que cuesta muchas vidas y sufrimientos ajenos...Nunca estuvo más acertada la frase que dice, vale más una imagen que mil palabras.
No es solo esta imagen, en todos mis poemas y reflexiones procuro ilustrarlos con imágenes que representen aquello de lo que quiero transmitir, he escrito mucho sobre el dolor que me produce ese sufrimiento que los dictadores infligen a su pueblo de forma directa e indirecta, como es el caso del dictador Maduro de Venezuela y su grupo de narcos que arruinaron el país y haciendo morir por hambre y desnutrición a miles de venezolanos, pero Maduro solo es un botón de muestra del tejido corrupto de una sociedad carente de empatía con el sufrimiento ajeno...
Conchis (Crayolita), me dice en nuestras conversaciones, que si yo he dejado de creer en Dios y todo lo que huela a alguna clase de religión, es por el hecho de haber leído tanto que me hizo perder la perspectiva de verdades que no se pueden cuestionar aunque yo no estoy de acuerdo por el conocimiento te da claridad suficiente para aceptar las teorías religiosas o sociales que se ajusten más a la verdad.
A pesar del dolor que me produce la desnutrición de este niño de portada, me queda ese punto de esperanza sabiendo que otras personas ponen su granito de arena, aunque frenado por el hecho de saber que hay demasiados granos y pocas personas dispuestas. Personalmente, en mi actitud se que puedo poner algunas motas de polvo. Bravo por esta mujer que convirtió la vida de este niño y le dió un futuro diferente y a mi me hizo pensar que no todo está perdido en nuestra sociedad.
La imagen de la izquierda es de la primera vez que se ayudó a este niño que estaba a punto de morir desnutrido y deshidratado en África, la de la derecha a mi me parece un montaje echo después de la recuperación de este niño y me parece muy acertada porque muestra la diferencia entre ambos momentos, la mujer también es la misma aunque con diferencias en el color de su pelo...
Para mi significa la diferencia que hay entre cerrar los ojos al sufrimiento ajeno o comprometerse con ese sufrimiento para cambiar la vida de personas que están en un estado de abandono permanente que cuesta muchas vidas y sufrimientos ajenos...Nunca estuvo más acertada la frase que dice, vale más una imagen que mil palabras.
No es solo esta imagen, en todos mis poemas y reflexiones procuro ilustrarlos con imágenes que representen aquello de lo que quiero transmitir, he escrito mucho sobre el dolor que me produce ese sufrimiento que los dictadores infligen a su pueblo de forma directa e indirecta, como es el caso del dictador Maduro de Venezuela y su grupo de narcos que arruinaron el país y haciendo morir por hambre y desnutrición a miles de venezolanos, pero Maduro solo es un botón de muestra del tejido corrupto de una sociedad carente de empatía con el sufrimiento ajeno...
Conchis (Crayolita), me dice en nuestras conversaciones, que si yo he dejado de creer en Dios y todo lo que huela a alguna clase de religión, es por el hecho de haber leído tanto que me hizo perder la perspectiva de verdades que no se pueden cuestionar aunque yo no estoy de acuerdo por el conocimiento te da claridad suficiente para aceptar las teorías religiosas o sociales que se ajusten más a la verdad.
A pesar del dolor que me produce la desnutrición de este niño de portada, me queda ese punto de esperanza sabiendo que otras personas ponen su granito de arena, aunque frenado por el hecho de saber que hay demasiados granos y pocas personas dispuestas. Personalmente, en mi actitud se que puedo poner algunas motas de polvo. Bravo por esta mujer que convirtió la vida de este niño y le dió un futuro diferente y a mi me hizo pensar que no todo está perdido en nuestra sociedad.
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