Me alcanza un repentino desconcierto,
la extraña aparición de un imprevisto
que logra sujetarme y retenerme
en medio de un intenso escalofrío.
El corazón me sale por la boca,
se aleja la razón sin previo aviso,
es tanta la tensión que en mi produce
que dudo si estoy muerto o sigo vivo.
Oh, cielos! Cerrar quieran hoy mis ojos
y alejen el mal sueño apercibido
tanta es la sequedad que no me sale
por mucho que lo intento ni un suspiro.
Juro que por correr no faltan ganas
mas conseguir lograrlo es ya distinto,
apenas que lo intento el plomo es tanto
que no puedo escapar, no lo consigo.
Intento hallar la calma por ventura
pero, yo, no soy yo... no soy el mismo,
soy un fajo de nervios y a la espera
de que el miedo se aleje del pasillo.
¡Que salga ya el valor de su escondite!
Que dejen de temblar por el peligro
las fuerzas que de golpe y sin razón
dejaron en mi boca un mudo grito.
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