Me despierto aturdido
planeando en las sombras,
braceando en las olas
que mi mente desbordan;
pesadillas siniestras
guerras, odios, pandemias
me desgarran el alma
y me traga la tierra,
maremotos de sangre,
hambre, duelo y miseria
me sacuden el cuerpo
y en la nada me entierran
como un zombi sangriento,
como un pez en la arena.
Pero siento el latido
de tu cuerpo a mi lado,
el fulgor de tus ojos,
el latir de tu pecho,
esa luz que desprendes
alumbrando mi lecho
y me embriaga el perfume
de tus lunas doradas
el volcán de tu boca
el calor de tus senos
ese halo invisible
que ilumina tu rostro
ese aroma a ternura
que desprende tu cuerpo
y me olvido del mundo
del dolor, de las guerras
de la culpa que a veces
se me clava en el alma,
me revuelvo en el lecho,
te acaricio en silencio
y me fundo contigo
en el mar de los sueños.
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