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Si ves pasar un viento ensoñador por tu ventana,
no es él quien te acaricia y se te acerca hasta la cara,
soy yo, un sentimiento desbocado que a bien reclama
llegar hasta las puertas de una boca apasionada.
Aunque el viento, mi amor, es invisible, este te abraza,
respira si respiraras, y te ansía si no te halla.
Si te llega un susurro hasta el oido, o una palabra
resbala por los cauces de tu cuello hasta tu espalda,
te ruego no la ignores, mi amor es el que te habla.
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Fotografía y poema : Ramón Bonachi
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