Oculta está la suerte en este viaje,
e incierto es el final que tanto anhelo;
el frío a mis palabras adormece
y el miedo ya no sale de mi pecho.
Estoy muerto de ganas por llegar
allí donde termina el mar abierto,
pero la sal se mete hasta en la boca
a bordo de este clandestino sueño.
Hay hambre y sed sentados junto a mí
y vidas confesándose en secreto.
hay una historia escrita en cada cara
y desesperación en cada gesto.
Las horas pasan lentas en el filo
de lo imposible, pero tanto esfuerzo
por dejar la miseria que me cubre
espero que no llene de lamentos
a aquellos que he dejado en la otra orilla.
Y menos encontrar tan pronto un cielo
(en el fondo de un mar oscuro y mudo)
por huir de las fauces del infierno.
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