Quisiera ser viento, pero soy cometa,
quizá por ser joven o tal vez por viejo;
al ver mi otra cara dentro del espejo
su triste reflejo me aturde y me inquieta.
Mientras voy notando que la voz se agrieta
finjo estar tranquilo; incluso me dejo
caer en las manos del sabio consejo,
así aflojo el lazo que tanto me aprieta.
Junto con la angustia (casi permanente)
tengo a los fantasmas de un hoy muy dañado
tan cerca que el miedo me quiere morder.
Bajo un cielo absurdo, gris e irreverente ,
siguen las congojas todas a mi lado
y dudas que nunca se dónde esconder.
Fotografia y poema
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