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Con un verso en cada mano


Me acerco a tus hojas verdes 
con un verso en cada mano, 
el primer verso te abraza 
el otro esta enamorado.

Llama a lo demás ternura 
cuando escribo, cuando hablo, 
con metáforas que dicen 
hasta qué punto te amo. 

Eres todo lo que sueño, 
de eso vivo y me acompaño,
eres voz, calor y vida , 
un “te quiero” a cada paso. 





Tu cara, suave algodón,
piel rosada y bello tallo, 
tus besos tarros de miel 
para mis labios amargos  . 

Si te alejas de mi vera
nada tengo, nada valgo;
eres risa , fresco aroma, 
y a mis ojos, verde encanto. 


Fotografía y poema : 






El tatuaje...

En la suave piel canela
de una perdida ilusión,
hay grabado un corazón
que perdió su alma gemela.

Empezó a latir primero
con una copa de vino,
y embriagado en su destino
se abrió en par por un “te quiero”.

Pero el rugir de las olas, 
y el azul verde del mar,
dejaron el verbo amar
dentro de las caracolas,.
Bajo la luz de la luna
el pulso se aceleraba
pues el amor se alejaba
sin mediar palabra alguna.

Hoy la pena ha prosperado,
se arrastra por la bahía,
y es tan grande la agonía
que deja un sabor salado.

Tatuado sobre la piel
un corazón se estremece,
y el recuerdo que aparece
cuando llega algún bajel.

Ramon Bonachi

Inspirado en Rafael de Leon (El Tatuaje)

Mi blanca pena, poema de amor

Por los muros de Granada
se peinan miles de estrellas,
brillan sus cabellos blancos 
cuando la noche se eleva.

Quisiera poder mirarte
mi Granada , mi lucera,
mas no hay color en mis ojos
alguien lo lleno de tierra.

Antes fueron manantiales
de ilusiones y de ideas
dos luceros que buscaban
libertad entre la niebla.

Con la nieve no hay romero
que levante la cabeza,
y hasta la senda se pierde
cuando se borra la estela.
Si tus muros por mi lloran
porque el mal quedó tan cerca,
será que no existe el bien
o se esconde en una cueva.

La luna con su blancura
busca en Granada al poeta,
pero solo halla silencio 
de un amor falto de flechas.

Hoy me duele el corazón 
porque nadie lo calienta,
solo me acarician rosas 
tan blancas como mi pena.

Un gran poema de mi amigo Ramón Bonachi, un separatista Catalan que une alma, corazón y letras. Solo separa frutos en su huerta...
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