Rubén Darío, a la liberación Argentina


Conspicuas guirnaldas de gloria
a aquellos antiguos que hacen
de bronce y de mármol la historia.
Hoy los abuelos renacen
en la floración de los nietos.
Por sublimes amuletos
lo antes soñado ahora existe,
y la Argentina reviste
su presente manto suntuario
y piensa en los brillos futuros
en la fiesta del Centenario.

Ahora es cuando los videntes
de los porvenires obscuros
miran las estrellas polares,
e interpretando los orientes
cantan cármenes seculares.
Hoy los cuatro caballos sacros
las fogosas narices hinchan,
como en versos y simulacros,
huella nubes, al sol relinchan,
y a un más allá se encaminan
marcando el cielo de huellas;
mientras otros astros declinan
ellos van entre las estrellas
por obra de la ley eterna
que el ritmo del orbe gobierna.

Ante la cuadriga que crina
de orgullos de olimpo su llama,
voz de augurio animador clama:
¡Hay en la tierra una Argentina!

Para saber mas pulse aquí.

A la vera del camino, Ramon Bonachi


A la vera del camino
donde yacen mis pisadas,
también tengo horas pasadas
con olor a hierba y pino.

Algún recuerdo divino
se quedó anclado en el polo,
de un imán que cede solo
un segundo de su gloria,
se acerca hasta mi memoria
sin saltarse el protocolo.
Es verdad que también tengo
sin duda faltas y errores,
son amargos sinsabores
que por no iterar mantengo.

No por ello me entretengo
y prosigo por si acaso ,
dejando a la vez mi paso
a la vista de cualquiera
todo se queda a la vera.
del camino, en cualquier caso.

Ramon Bonachi

15 de Septiembre, Independencia


Después de aquella página sombría
en que trazó la historia los detalles
de aquel horrible día.
cuando la triste Méxitli veía
sembradas de cadáveres sus calles;
después de aquella página de duelo
por Cuauhtémoc escrita ante la historia,
cuando sintió lo inútil de su anhelo;
después de aquella página, la gloria
borrando nuestro cielo en su memoria
no volvió a aparecer en nuestro cielo.

La santa, la querida
madre de aquellos muertos, vencedores
en su misma caída,
fue hallada entre ellos, trémula y herida
por el mayor dolor de los dolores… 
en su semblante pálido aún brillaba
de su llanto tristísimo una gota…
a su lado se alzaba
junto a un laurel una mecana rota…
y abandonada y sola como estaba,
vencido ya hasta el último patriota,
al ver sus ojos sin mirada y fijos,
los españoles la creyeron muerta,
y del incendio entre la llama incierta
los echaron en la tumba con sus hijos…

Y pasaron cien años y trescientos
sin que a ningún oído
llegaran los tristísimos acentos
de su apagado y lúgubre gemido:
Pero yo tal vez por siempre 
tendré mi cara con lágrimas...


De nuevo suena ese grito, a México


De nuevo suena ese grito
la emoción está servida
y el corazón fugitivo
se aleja de las heridas...

Un año más recordamos
el dolor de un pueblo llano,
la muerte, el llanto y el duelo
de ese corazón hermano.

Las lágrimas se renuevan
los recuerdos se hacen firmes
para no tener más guerras
y no tener días tristes.
Para mi es un día especial
aunque no sea mexicano,
un día para soñar
en cañones desarmados...

Que vuestra vida se llene
de cantos de amor gloriosos
y que jamás al pueblo llegue
la tristeza a vuestros ojos.

Quiero un grito de dolores
que suene en el mundo entero
que las drogas no se ceben
campando en el desconsuelo...

Oda al amor y al sexo

Con la paz que da una flor en primavera,
Y tu desnudez cubierta sutilmente...
Imagino los pensamientos, en tu mente,
Planeando realizar tu sensual entrega

La luz de tus ojos traviesos
Y tu tímida, pero coqueta sonrisa,
Incitaron al deseo muy deprisa, 
Lo que no pude evitar, confieso 

Tus pasos sensuales en un va y ven,
Recorrían de un lado a otro la alcoba,
Despertando una pasión que me devora,
Haciendo que sucumbiera yo a tus pies

Con el ansia de una sed que no se quita,
Fui quedando, de tu encanto, preso...
Tú, desnuda desde el alma hasta los huesos,
Y entregándome tu pasión tan infinita

El tiempo lentamente transcurría,
A media luz, una tras otra caricia,
Tu aliento se confundía con la brisa,
Y fuera, pude escuchar que llovía.
En silencio, donde nada se decía,
Parecían cantar nuestros gemidos,
En un dueto de amor tan atrevido...
Agonía de pasión que ensordecía

Mil aromas inundaron nuestro lecho,
Bálsamo de afrodisíacas fragancias,
Junto a besos motivados por el ansia
De colocar mi amor sobre tus pechos

La danza del amor había iniciado... 
Agitando en nuestros pechos, dos tambores,
Marcando el compás de dos amores, 
En un ritmo de placer apasionado. 

En el clímax de una compuesta melodía,
Que parecía producir un gran estallido,
Coreamos tu y yo, nuestros quejidos,
Dulce canto que aun escucho, todavía.



Pedro Perez Vargas

Como una Madonna olvidada

En un banco de la plaza,
todas las tardes la misma
chica, perdida en si misma
con un silencio que abraza.
En las manos una taza
de café le da su abrigo,
parece el único amigo
de una reina sin corona
en esta olvidada zona 
especial para el mendigo.

Sigue cruzando las piernas 
antes gemelas de lujo,
bellas de forma y dibujo
jóvenes suaves y tiernas.
Aquellas noches eternas
de perlas oro y zafiros
se volvieron en altivos 
gritos de desolación.
Es la dama de un montón
de recuerdos y suspiros.
Duerme siempre de costado
en miles de habitaciones,
que no entienden las razones
de cómo hasta allí ha llegado.
De carácter educado
no se enfurece por nada,
solo esconde la mirada
cuando alguien mira y comenta,
parece esta soñolienta
una madonna olvidada.










Ramon Bonachi

Llagas de amor...Garcia Lorca


Esta luz, este fuego que devora.
Este paisaje gris que me rodea.
Este dolor por una sola idea.
Esta angustia de cielo, mundo y hora.

Este llanto de sangre que decora
lira sin pulso ya, lúbrica tea.
Este peso del mar que me golpea.
Este alacrán que por mi pecho mora.

Son guirnaldas de amor, cama de herido,
donde sin sueño, sueño tu presencia
entre las ruinas de mi pecho hundido.

Y aunque busco la cumbre de prudencia
me da tu corazón valle tendido
con cicuta y pasión de amarga ciencia.
Noche del amor insomne
Noche arriba los dos con luna llena,
yo me puse a llorar y tú reías.
Tu desdén era un dios, las quejas mías
momentos y palomas en cadena.

Noche abajo los dos. Cristal de pena,
llorabas tú por hondas lejanías.
Mi dolor era un grupo de agonías
sobre tu débil corazón de arena.

La aurora nos unió sobre la cama,
las bocas puestas sobre el chorro helado
de una sangre sin fin que se derrama.

Y el sol entró por el balcón cerrado
y el coral de la vida abrió su rama
sobre mi corazón amortajado.

El murmullo de las olas...

Me encanta la fragancia y la bravura
de tu cuerpo desnudo y transparente,
y la sal que también besa mi frente
me deja tu sabor y tu frescura.

Contigo van la paz y la aventura
vestidas de un azul, ¡tan sorprendente!
que me niego a seguir siendo prudente
y me lanzo a tus brazos con premura.

Me complace el murmullo de las olas,
incluso cuando quedan prisioneras
en el vientre de esbeltas caracolas.

No hay en ti, ni caminos ni fronteras,
solo estrellas que alumbran cual farolas
e iluminan mis noches marineras.

Poema e imágenes :
Ramon Bonachi

Orillas del sur, Rosalia de Castro


Oigo el toque sonoro que entonces
a mi lecho a llamarme venía
con sus ecos que el alba anunciaban,
mientras, cual dulce caricia,
un rayo de sol dorado
alumbraba mi estancia tranquila.

Puro el aire, la luz sonrosada,
¡qué despertar tan dichoso!
Yo veía entre nubes de incienso,
visiones con alas de oro
que llevaban la venda celeste
de la fe sobre sus ojos...

Ese sol es el mismo, mas ellas
no acuden a mi conjuro;
y a través del espacio y las nubes,
y del agua en los limbos confusos,
y del aire en la azul transparencia,
¡ay!, ya en vano las llamo y las busco..
Blanca y desierta la vía
entre los frondosos setos
y los bosques y arroyos que bordan
sus orillas, con grato misterio
atraerme parece y brindarme
a que siga su línea sin término.

Bajemos, pues, que el camino
antiguo nos saldrá al paso,
aunque triste, escabroso y desierto,
y cual nosotros cambiado,
lleno aún de las blancas fantasmas
que en otro tiempo adoramos.

En la actualidad, la figura de Rosalía de Castro y sus creaciones literarias continúan siendo objeto de una abundante bibliografía y recibiendo una constante atención crítica, tanto en España como en el extranjero. para saber más pulse aquí.



Ausencia...

Ausencia en todo veo:
tus ojos la reflejan.

Ausencia en todo escucho:
tu voz a tiempo suena.

Ausencia en todo aspiro:
tu aliento huele a hierba.

Ausencia en todo toco:
tu cuerpo se despuebla.

Ausencia en todo pruebo:
tu boca me destierra.

Ausencia en todo siento:
ausencia, ausencia, ausencia.

Miguel Hernández Gilabert (Orihuela, 30 de octubre de 1910-Alicante, 28 de marzo de 1942) fue un poeta y dramaturgo de especial relevancia en la literatura española del siglo xx. Aunque tradicionalmente se le ha encuadrado en la generación del 36, Miguel Hernández mantuvo una mayor proximidad con la generación anterior hasta el punto de ser considerado por Dámaso Alonso como «genial epígono» de la generación del 27.3​4​. Actualmente y tras las interesantes aportaciones de A. Sánchez Vidal, se le asocia asimismo con la Escuela de Vallecas.,
Para saber más pulse aquí.​

La imprevista, Chumacero

Mírame así, a la frente: deshacías
en himnos la apariencia semejante
al sueño, y la lujuria en el sudor
ardía témpanos de mal, araba
en oquedades los remordimientos.

Cuando con esa voz de lejanías
invocabas los sitios, las costumbres,
era tu cabellera la humedad
del alma en el verano, parecida
a insomnios dilatados por la ausencia.

Después de ti, el asombro del pecado
y la virtud donde el placer concluye
nada eran y en nada convertían
el último solaz, el desafío
ante el olor cansado de lo inmóvil.
En la conciencia un muro desvanece
la furia, la piedad, el movimiento,
y de aquellos sollozos esparcidos
en medio del relámpago el fulgor
de su imagen anima las tinieblas.

Deja el ayer, descúbrete en mis ojos:
sobre el vacío caen las palabras
y en su oscilar las horas resplandecen
hasta tornarse en el espacio adonde
asciende la mujer desconocida.

Chumacero es descrito por muchos de sus conocidos como un hombre que era amable, simpático y buen conversador. En sus palabras: "La seriedad es una forma de la muerte. Para saber más pulse aquí.

El niño guerrero...

Pobre sociedad que se empeña
en prolongar las miserias
vistiendo a sus tiernas almas
con los roles de la guerra...

Me hace a mi recordar
otras guerras que tenemos
donde niños de esta edad
con balas terminan sus sueños.

Yo recuerdo a mi edad
que soñaba con Pepito Grillo
esos cuentos de mi mamá
con quien crecí siendo niño...
Es posible que no sea
una imagen muy diferente
los arcos y las flechas
con que mataba la gente.

Pero estoy ya saturado
de niños y de metralletas
quiero ver a estos soldados
disfrutando de galletas...

Aunque solo sea un disfraz
no quiero seguir sufriendo
de ver a los pequeños con armas
que en las guerras están muriendo.









Demencia, soneto

Demencia...

Perdida y olvidada la esperanza
me quedo solamente con lo puesto,
si puedo, un día más echare el resto
para que no se incline la balanza.

Poca es la calderilla, y no me alcanza
para poder vivir con lo propuesto,
me pierdo en la razón y me molesto
pues este malestar sigue y avanza.

Aunque aparenta recia la paciencia
que frágil la salud del ser humano
cuando todo su entorno se silencia.

Todo grato fulgor de fuerte mano
se pierde, y aparece una demencia
que mata la razón tarde o temprano.

Ramon Bonachi

Ansiedad y desencanto, sonetos

Ansia de estar un día en un puente de mando,
recibir en el rostro el castigo del viento;
sin ninguna arribada, por siempre navegando,
sin dudas ni temores, cansancio o desaliento.

Y no saber siquiera, en qué forma, ni cuándo,
ha de concluir el viaje en milagro de cuento
ni cuándo retornar a éste mi lecho blando,
ni a la antigua ventana, ni al dorado aposento.

Acres de sal los labios, ruda racha en la frente,
perdido el horizonte, sin destino la nave,
sin nada que la guíe, sin nadie que la oriente,
mecida por las olas, columpiada en la cresta,
apenas sobre el mástil las alas de algún ave;
sólo el rumor del mar, y Dios como respuesta. 
 Ansia de estar un día en un puente de mando,
recibir en el rostro el castigo del viento;
sin ninguna arribada, por siempre navegando,
sin dudas ni temores, cansancio o desaliento.

Y no saber siquiera, en qué forma, ni cuándo,
ha de concluir el viaje en milagro de cuento.
 ni cuándo retornar a éste mi lecho blando,
ni a la antigua ventana, ni al dorado aposento.

Acres de sal los labios, ruda racha en la frente,
perdido el horizonte, sin destino la nave,
sin nada que la guíe, sin nadie que la oriente,
mecida por las olas, columpiada en la cresta,
apenas sobre el mástil las alas de algún ave;
sólo el rumor del mar, y Dios como respuesta

La desconfianza, soneto

¿Qué es esto, amante corazón rendido?
¿De qué te sirve tan dichoso estado,
si tus penas parece se han doblado
de que empezaste a ser favorecido?

La imagen horrorosa del olvido
turba mi gloria y crece mi cuidado,
y aun al alma, confieso, ha penetrado,
no celos, un recelo mal nacido.

¡Ay, Lisi mía, en qué mortal quebranto
despedazado el corazón me siento,
de un temor a la rústica violencia!

Y si sólo un temor me aflige tanto,
cuánto será bien mío mi tormento,
si a ser este temor llega evidencia.


Vicente Antonio García de la Huerta (Zafra, 19 de marzo de 1734 - Madrid, 12 de marzo de 1787) fue un poeta y dramaturgo español, hermano del sacerdote y también escritor Pedro García de la Huerta. Para saber más pulse aquí.

A Narciso y a A Ganimedes, Juan de Arguijo


A Narciso

Crece el insano ardor, crece el engaño
del que en las aguas vio su imagen bella;
y él, sola causa en su mortal querella,
busca el remedio y acrecienta el daño.

Vuelve a verse en la fuente ¡caso extraño!:
del'agua sale el fuego; mas en ella
templarlo piensa, y la enemiga estrella
sus ojos cierra al fácil desengaño.

Fallecieron las fuerzas y el sentido
al ciego amante amado, que a su suerte
la costosa beldad cayó rendida.

Y ahora, en flor purpúrea convertido,
l'agua, que fue principio de su muerte,
hace que crezca, y prueba a darle vida.
A Ganimedes

Crece el insano ardor, crece el engaño
del que en las aguas vio su imagen bella;
y él, sola causa en su mortal querella,
busca el remedio y acrecienta el daño.

Vuelve a verse en la fuente ¡caso extraño!
del agua sale el fuego; mas en ella
templarlo piensa, y la enemiga estrella
sus ojos cierra al fácil desengaño.

Fallecieron las fuerzas y el sentido
al ciego amante amado, que a su suerte
la costosa beldad cayó rendida.

Y ahora, en flor purpúrea convertido,
l'agua, que fue principio de su muerte,
hace que crezca, y prueba a darle vida.

























Hijo de familia acaudalada y caballero Veinticuatro de su ciudad natal, fue nombrado procurador en las Cortes convocadas por Felipe III en 1598. Era además músico y diestro tañedor de vihuela, y se distinguió como mecenas de artistas y escritores. En su tertulia solía leer cuentos, que recogió el poeta sevillano Antonio Ortiz Melgarejo y editó Antonio Paz y Mellá en uno de los volúmenes de Sales españolas o agudezas del ingenio nacional...Para saber más pulse aquí.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger... Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...