Nací de una pobre cuna,
pero nada me faltó,
entre sonrisas mi madre,
con creces ella suplió,
sus carencias materiales,
que cubrió con todo amor.
Juguetes de hojalata,
sandalias de abujerito,
por las suelas se colaban,
piedras como garbancitos,
que a mis chiquitines pies,
causaban un dolor infinito.
Jamás envidie a otro niños,
siempre estaba muy feliz,
aunque criado entre ellos,
en casa de maternidad,
tener al ladito a mi madre,
me daba felicidad.
Los reyes magos, sus besos,
cumpleaños, sus caricias,
no había mejor homenaje,
que quisiera desear,
tenerla siempre a mi lado...
que me vuelviera a besar.
No quiero cunas de reyes,
creciendo en la soledad,
si volviera a renacer,
mi mayor felicidad...
crecer junto a mi madre
lleno de amor y bondad.
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