Fogosas están las flores
que llega la primavera
y el gavilán vuela bajo
picando las sementeras.
Mi niña siente calor
y se acerca hasta la fuente,
moja sus hermosos pechos
que acaricia dulcemente.
El gavilán que al acecho
contempla tanta hermosura
baja en picado hasta el suelo
bebiendo su agua tan pura.
La niña que apasionada
en el ave ve a su amante
le da de beber de su boca,
en hombre convierte al instante.
Tienes la cara y el cuerpo
del hombre que mas he querido,
dice la niña mirando
recordando el desafío
cuando yo me fui volando
hace años en el estío...
Me besa, abraza y consuela
sin dejarme de besar...
no quiere que vuele de nuevo
y llorar de soledad...
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