Eres ese oasis donde sacio
los deseos de mi mente...
me pierdo en un viaje
por las dunas de tu cuerpo
con caricias ardiente
bebiendo sorbo a sorbo
el extasis que al besarte te provoco
al libar ese cáliz que es tu muerte.
Me paro entre tus muslos penitentes,
exploro con lujuria en tu fuente
saciando mis deseos permanentes
despacio, poco a poco, dulcemente...
Gemidos que provocan los temblores
caricias en cada poro de las pieles
abrazos provocando los sudores
y en tu lengua el dulzor de mil sabores.
Morimos, renacemos, sucumbimos
a los embites ardientes del amor
soñamos, volamos y nos elevamos
mas allá de la frontera de la razón.
Ángel Reyes Burgos
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