Un suave susurro en tus oídos
una caricia con mis manos en tus caderas
un gemido con sabores de suplicio
que son el eco de mi larga espera.
Y la música suena en el ambiente
y como uno solo nos movemos al compás
a tu cuerpo me pego dulcemente
intentando que dure una eternidad.
Tu me sigues con tus gemidos deliciosos
y te doy la vuelta para besarte
y mirandote con ternura a los ojos
en tus ojos te beso para adorarte.
Y susurro te amo mi dulce amada
y una lágrima se asoma de puro gozo
que rodando te baja por la mirada
y yo me bebo sediento sobre tu rostro.
Te rodeo con mis brazos por la cintura
nuestros cuerpos se funden con la pasión
y esos momentos tan llenos de ternura
se plantan muy dentro en el corazón.
Ángel Reyes Burgos
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