Contemplar una hermosa noche estrellada
perderme en su infinita magnificencia
es como mirarme en los ojos de mi amada
y aspirar el perfume de tu mágica presencia.
Caminar por los prados floridos de tu vida
recorriendo lentamente tu cuerpo abandonado
a mis manos de ansia apasionada y desmedida
en el lecho que formé con un cielo estrellado.
Aspirar el sublime aroma de las rosas de castilla
que brota de los dorados jardines de tu pelo
para mezclarlo con sutil esencia de vainilla
y bañar mis deseos en mis noches de desvelo.
Besar la tersura de tu inefable y dulce boca
y libar el embriagador néctar de tu saliva
mordiendo tus labios con tierna pasión loca
y bajar por la pendiente de tu barbilla altiva
para apoderarme de tus pechos de nívea roca.
Estrecharte con la fuerza de mis brazos
hasta sofocar tu agitada respiración
y callar tus gemidos de lánguidos trazos
con los invisibles dogales de mi abducción.
Encontrar el inicio de tus piernas agitadas
donde nacen los ríos en que navega mi deseo
y ahogar mi sed en tus corrientes perfumadas
con el licor del éxtasis que despacio saboreo.
Unir mi cuerpo a tu piel plena de humedad
como se une una playa de candentes arenas
con el rítmico balanceo de las olas del mar
que la acarician sin tiempo y sin piedad
en la noche de amor que comienza apenas.
Contemplar tu faz de brillo cual ninguna
dibujar, henchido de amor, una sonrisa
sintiendo tus manos que en mi espalda desliza
al cerrar los ojos de mi amada ante la luna.
Esos son los motivos de mi inspiración,
los que le dan sentido a la vida mía
desde que conocí a la mujer de mi pasión
a la que dedico los versos de mi poesía
y a la que amaré... el resto de mis días.
Aunque se extinguirá inevitablemente mi vida
el fuego de mi pasión por ti no se apagará
porque en el recuerdo siempre estará prendida
y la historia en la vida siempre recordará
una hermosa fantasía de amor, en realidad convertida.
Poema modificado sin autor conocido
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